María entendió como creer

“Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa”. Hechos 16:31. Entre los recuerdos más de mi niñez, me acuerdo de haber pensado en la eternidad. Sabía muy poco del tema y tenía ganas de aprender más. Cuando tenía cinco años de edad sabía que era necesario creer en el Señor Jesús para que mis pecados fuesen perdonados y así pudiera ir al cielo. Pero no sabía cómo creer. Pensaba que era algo inusual que una persona tenía que hacer. No pregunté a nadie ni dejaba que otro supiera de mis incógnitas. Un día cuando tenía siete años, mi padre dijo, “el momento de llegar a ser un cristiano no es algo que es observado con los ojos. Es una transacción entre el corazón de Dios y el corazón tuyo cuando tú crees”. Me parecía simple y aquella noche en cama, pensaba, “yo podría convertirme en cristiana ahora…” Mientras reflexionaba en eso, ideas negativas entraban en mi mente; “eres muy joven”, y “tienes harto tiempo todavía antes de hacerlo”. Me dije, “claro que sí” y me quedé con eso. Cuando escuchaba pasajes de la Biblia, me sentía incómoda. Para evitar este sentimiento, me imaginaba estar en otra parte pasándolo bien y no ponía oído a lo que decían de las Escrituras. Continuaba así hasta los trece años de edad. Mi hermana mayor iba a una reunión...

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