MOISÉS Y SUS DOS PRUEBAS
En preparación de un servicio especial, Dios sometió a Moisés a dos pruebas espeluznantes. Tomar una culebra por la cola no es un acto de entretención. Más preocupante seria ver parte de su cuerpo convertida en herida infecciosa. En ambos casos, hubo una salida hecha posible por el poder de Dios. “Por esto creerán que se te ha aparecido Jehová, el Dios de tus padres, el Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacob”. Éxodo 4:5 Fue una sorpresa para Moisés ser interrumpido en sus labores pastorales en el campo y escuchar la voz de Jehová. Recibió el encargo de volver a Egipto para sacar en libertad a su pueblo esclavizado. Moisés no ha tenido contacto con sus connacionales por cuarenta años y de repente, a los ochenta años de edad, debe asumir el exigente rol de un líder. No se siente capaz de hacerlo. Teme que cuando llegue adonde los israelitas, no le vayan a creer y digan que Jehová no le había mandado. Teme que le digan “No te ha aparecido Jehová” Éxodo 4:1. Cuando Jehová hablaba con Moisés, tenía una vara en su mano, seguramente la que usaba en el cuidado de las ovejas. Jehová le ordenó a que la echara en tierra. Inmediatamente la que había sido su compañera durante muchas jornadas con los animales, se convirtió en una culebra....
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