Mes: Agosto 2014

Joás, el joven rey (2)

Los viejos nos sentimos preocupados por la falta de enseñanza bíblica que la juventud debiera recibir. Los jóvenes han de formar parte de la sociedad de mañana y ¿cuántos de ellos habrán recibido una formación basada en la Biblia? Es tiempo de alarmarnos por la poca instrucción bíblica que reciben.   “Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí” Juan 5:39   Al leer los diarios donde se relatan los crímenes perpetrados por jóvenes, pienso en ellos ahora en manos de la justicia. Seguramente hubo un tiempo cuando fueron acariciados en los brazos de su madre. A veces cuando miro las fotos de las caras tristes de los delincuentes, me imagino que cuando eran bebés, alguien habría dicho, “Qué hermosa criatura”. ¿Y ahora? ¡Qué si aquellos que los vieron entonces los vieran ahora! Al leer los reportajes de jóvenes y señoritas que están atrapados en el vicio, me pregunto, ¿acaso alguna vez escucharon la grata noticia del amor de Dios? ¿Supieron que Cristo dio su vida y resucitó para que ellos pudieran gozarse de una vida santa y agradable a Dios? Si les preguntáramos si alguna vez habían escuchado el evangelio, ¿qué contestarían? Seguramente algunos contarían de experiencias amargas en su vida pero ahora conocen la limpieza que viene desde cuando creyeron en...

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Joás, el joven rey (1)

Joás fue un rey especial. Rescatado de una matanza iniciada por su propia abuela, unos tíos le protegieron y criaron de tal manera que cuando asumió el rol de rey sobre la nación, supo guiar al pueblo bien. Recibió instrucción que lo dejó bien preparado para su vida como rey.   “Instruye al niño en su camino, Y aun cuando fuere viejo no se apartará de él” Proverbios 22:6   ¿Cómo sería tener por gobernante a un niño de siete años? Querríamos saber si alguien le estuviera aconsejando. Ojalá sus consejeros fueran personas de una moral intachable. 2 Reyes 11 contiene la historia de un niño de siete años que fue elevado a ocupar el trono de Judá. Fue el único sobreviviente de una purga practicada seis años antes por su abuela. En ese entonces un rey llamado Ocozías ocupó el trono de Judá por sólo un año, muriendo a los veintidós años de edad. Siendo tan joven, no tuvo mucha familia, pero sí tenía otros hermanos y parientes que podrían sucederle en el trono. La madre de Ocozías, llamada Atalía, vio su oportunidad de ser reina sin derecho a ocupar el trono que era reservado para los varones de la familia. Atalía mandó destruir toda la descendencia real, asegurándose el trono para sí misma.   Sin que Atalía supiera, y mientras los soldados llevaban a cabo la matanza...

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LA REBELIÓN DE CORÉ

Hubo un juicio divino muy rápido en los días de Moisés. La envidia en el corazón de un hombre le llevó a desafiar a Moisés pero Dios tomó nota de lo que pasaba y casi tres cientos personas murieron. Lea del caso. “Y dijo Moisés: En esto conoceréis que Jehová me ha enviado para que hiciese todas estas cosas, y que no las hice de mi propia voluntad” Números 16:28   Los que ocupan puestos de importancia en el gobierno, en la industria, en el deporte, o en cualquier jerarquía de la sociedad, a veces son hechos objetos de la envidia por subordinados. Aún en círculos cristianos ha habido pugnas entre personas que piensan que deben ocupar puestos donde otros han sido colocados. Es una triste realidad que data del primer siglo. Juan el apóstol informó a Gayo de un hombre llamado “Diótrefes, al cual le gusta tener el primer lugar entre ellos, no nos recibe” (3 Juan 9). Siempre ha existido este tipo de situación cuando alguien ha ocupado un lugar de preeminencia y otros tienen designios de desalojarlo. Hubo un caso similar entre los israelitas cuando Jehová nombró a Moisés como su portavoz y a Aarón su hermano como el sumo sacerdote. Los miembros de la familia de Aarón fueron nombrados sacerdotes para servir en el tabernáculo. Todos pertenecían a la tribu de Leví. Aunque las familias...

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Abundante fe y amor

La iglesia en Tesalónica era una iglesia notable por ciertas características como el amor, la paciencia, y la fe en medio de persecuciones y tribulaciones. Lea lo que Pablo les escribió. “Debemos siempre dar gracias a Dios por vosotros, hermanos, como es digno, por cuanto vuestra fe va creciendo, y el amor de todos y cada uno de vosotros abunda para con los demás” 2 Tesalonicenses 1:3 De las trece cartas escritas por Pablo el apóstol, las dos a los Tesalonicenses son las más tempranas. Los eruditos calculan que Pablo las escribió entre los años 51 y 52. En ambas cartas, se detecta una profunda preocupación por la salud espiritual de la nueva iglesia. Es probable que la primera carta fuera llevada a Tesalónica por Silas y Timoteo. Cuando volvieron a encontrarse con Pablo en Corinto, (Hechos 18:5), le trajeron noticias desconcertantes. Parece que algunos habían dejado de trabajar pensando que el Señor volvería pronto. Entre los cristianos había confusión acerca del tema del Día del Señor. Además de eso, los hermanos sufrían persecución por testificar de Jesucristo. Pero había fe y amor evidente en la compañía de los santos. Pablo incluye Silvano y Timoteo en el saludo al comienzo. Distingue la congregación como “la iglesia de los tesalonicenses en Dios nuestro Padre y en el Señor Jesucristo” v.1. Una iglesia verdadera en un lugar es una unión de individuos...

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La cruz de nuestro Señor Jesucristo (X): el lugar donde el Hijo de Dios murió en lugar de todos

El Hijo de Dios fue el rescate en lugar de muchos, un sustituto en beneficio de todos.   “La redención de su vida es de gran precio, y no se logrará jamás” Salmo 49:8 El Señor Jesucristo llevó nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, como una carga que le oprimió de la misma manera que una carga física: Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros (Isaías 53:6). No fue virtual, fue real. Él fue hecho maldición por nosotros, maldición que la ley impone sobre aquellos que no la cumplen. Esto se expresó visiblemente en una muerte que la ley considera “maldita”. Así se cumplen las palabras del profeta: “él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados” (Isaías 53:5). Así, él fue el rescate en lugar de muchos, un sustituto en beneficio de todos. Pablo nos enseña el mecanismo que hace posible nuestro perdón y salvación: nuestro pecado recibió la “paga” que demanda, nuestro rescate-sustituto fue identificado con ese pecado y fue clavado a la cruz, llevándolo en su cuerpo sobre aquella cruz. Así fue posible para Dios ser justo y además justificar al que tiene fe en Jesús (Romanos 3:26). La muerte de Cristo es la propiciación por nuestros pecados y los de todo el mundo de la siguiente manera:...

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