La necesidad de creer a Dios más que creer en Dios (I)
“Pero sin fe es imposible agradar a Dios” Hebreos 11:6; El tema de la fe es evidente en el Pentateuco (los cinco primeros libros del antiguo testamento). En este escenario de fe hay dos grandes protagonistas: uno es Moisés y el otro es Abraham. Ambos son destacados en Hebreos 11 como héroes de la fe, pero entre ellos hay una gran diferencia en cuanto a cómo y cuándo la ejercieron. Abraham tuvo fe sin la ley de Moisés. Confió en la promesa y fue declarado justo: “creyó a Jehová, y le fue contado por justicia” (Génesis 15:6, Romanos 4:3). Antes de que Dios entregara la ley en el Sinaí, se nos enfatiza la actitud de “creer”: “Y vio Israel aquel grande hecho que Jehová ejecutó contra los egipcios; y el pueblo temió a Jehová, y creyeron a Jehová y a Moisés su siervo” (Éxodo 14:31). Sin embargo, después que la ley es dada, hay un cambio importante en la actitud del pueblo de Israel: “Y Jehová dijo a Moisés: ¿Hasta cuándo me ha de irritar este pueblo? ¿Hasta cuándo no me creerán, con todas las señales que he hecho en medio de ellos?” (Números 14:11). Apareció la incredulidad hacia Dios pese a su fidelidad y al haberles librado de la esclavitud, lo cual era un hecho indudable. De lo anterior podemos desprender una verdad que está presente en el...
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