El hacha prestada (I)

En la Biblia se nos enseña siempre que para servir a Dios de buena manera hay que primero ser de su pueblo. Pero esto, para el creyente también, implica confesar prontamente el pecado delante de Dios cuando es necesario. Ejemplos de la vida del pueblo de Israel, del rey David, y de otros personajes dan cuenta de esta verdad. “Mientras uno derribaba un árbol, se le cayó el hacha en el agua; y gritó diciendo:¡Ah, señor mío, era prestada! 2 reyes 6:5 Un buen ejemplo lo tenemos en el segundo libro de los Reyes. Leemos en el capítulo 6 que los hijos de los profetas desean la compañía y presencia de Eliseo. Estaban haciendo la obra de Dios y le invitan al profeta al campo a cortar madera para construir un lugar más espacioso donde estar. En el trabajo junto a su maestro, no obstante, uno de ellos pierde su herramienta. El hacha que estaba utilizando –el hierro- cae al río y desaparece en el fondo. Este relato nos da una preciosa analogía de lo que es la vida del creyente y cómo en su quehacer para el avance del reino de Dios debe procurar estar en compañía del Señor Jesús (Juan 15:5). De la misma manera que este individuo pierde su hacha en el río y da pronta noticia a Eliseo, debemos confesar nuestras faltas y caídas al...

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