Dulce será mi meditación en él

Escuchando a predicadores por años, leyendo libros de autores cristianos variados y considerando la experiencia personal, he llegado a la conclusión de que existen tres lecturas bíblicas diarias del creyente. Al menos, debieran existir tres tipos distintivos de lectura bíblica. ¿Logra identificarlas? “Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino” Salmo 119:105 La primera es una lectura devocional, que es breve por definición. Otra es la lectura de estudio personal de la Palabra de Dios, que todo creyente debiese tener, y la tercera es la lectura bíblica familiar. Que fuera la experiencia de cada uno de nosotros. Uno, dos o más versículos, hasta un párrafo breve, con el fin de condicionar primeramente la mente para el día en las cosas de Dios, cuando nuestra principal ocupación mental por muchas horas serán las cosas del día a día en este mundo. Esa es la lectura devocional. Hacerlo así es sano, provechoso y saludable en vez de partir llenando la cabeza de información terrenal, más bien refrescarla con información del cielo, que se transforma en palabra vivificante de Dios por medio del Espíritu. Esa es una gran diferencia con escuchar o leer noticias por la mañana como primera cosa del día. Aun un breve versículo meditado y una breve oración por el día nos proyectan hacia la eternidad y nos hacen pensar apropiadamente y proporcionalmente en la...

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