Jesús: sumo pontífice que intercede por siempre

“Por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos” Hebreos 7:25 Este gran gran sumo sacerdote del creyente, no sólo permanece, salva y vive para siempre. Él asegura el bien para los suyos en este mundo y en el que está por venir. Esto es grandioso. Si los creyentes en Cristo pueden tener vidas fructíferas y permanecer en la gracia de Dios es primero por la salvación en base a la sangre derramada de Cristo, y por su labor intercesora continua y perpetua. Él intercede por los que son suyos, y sólo por ellos en muchas y distintas maneras y vías: La conversión de los salvos antes que ellos lo sean, el consuelo para los afligidos, la gracia y el perdón para los creyentes que caen, la fuerza para resistir el pecado, la ayuda en la perseverancia en la fe y la santidad, el socorro y fuerza frente a la tentación. Él se muestra al creyente, les declara su voluntad, reafirma la fe de los salvados, recomienda sus oraciones en el seno de la Trinidad, aplica su sangre y su muerte ante al pecado de los suyos, les defiende de las acusaciones de Satanás. Su intercesión es siempre efectiva, siempre conducente a su divino propósito, siempre a favor de su pueblo. Ejemplos de este aspecto del...

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