Así agradó al Padre
En la vida de casi todos hay experiencias difíciles que nadie jamás habría escogido, y de las cuales quisiera deshacerse. Pero es imposible cambiarlas. ¿Has considerado que esa fue la voluntad del Padre? “Sí, Padre, porque así te agradó” Mateo 11:26 Hay personas con defectos físicos y anormalidades permanentes. Hay casos de una enfermedad crónica o una dolencia que está siempre presente. O quizás un problema nervioso o un desorden emocional que mora en nosotros como un huésped indeseado. Hay muchas personas que viven en un estado de vencidos, y pasan el tiempo pensado, “Ojalá hubiera sido … “ “Ojalá hubiera sido más alto.” “Ojalá hubiera tenido belleza.” “Ojalá hubiera nacido en otra familia, o fuera de otra raza, o del otro sexo.” Si solamente hubiera tenido un cuerpo grande para destacarme en el deporte.” “Ojalá tuviera una salud robusta.” La lección que estas personas deben aprender es que es posible tener paz al aceptar lo que no pueden cambiar. Lo que somos, lo somos por la gracia de Dios. Es Él que ha planificado nuestras vidas con amor infinito y sabiduría inequívoca. Si tuviéramos la visión que Dios posee, habríamos arreglado las cosas exactamente como Él ya las ha dispuesto. Por lo tanto, debemos decir, “Sí, Padre, porque así te agradó”. Pero hay otro paso más. No es necesario aceptar estas cosas como quien se resigna...
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