DE LA MANO Y EN BRAZOS
La experiencia de una abuela con su nieta le hizo pensar en el cuidado del Buen Pastor para con sus ovejas. “Como pastor apacentará su rebaño; en su brazo llevará los corderos, y en su seno los llevará; pastoreará suavemente a las recién paridas” Isaías 40:11 Una abuelita que firmó su nombre como “J. Fleming” relató una simpática experiencia. Caminaba con su nieta pequeña volviéndose del gallinero. El camino desnivelado no era fácil para los piecitos de la chica. “Abuelita”, dijo la nieta, “por favor que me tome la mano”. Sirvió por un poco de tiempo pero algunos arbustos en el camino dificultaban la travesía. “Abuelita” dijo la niña, “¿me podrías llevar?”. Acto seguido, la abuela la tomó en brazos y así llegaron a la casa. Después la abuela pensó en cuán importante era para su nieta ser tomada de la mano y luego llevada en brazos. Las palabras del profeta Isaías vino a su mente y lo que es característico de nuestro Buen Pastor. Él nos toma de la mano y nos lleva en su seno. Me imagino que muchos que leen estas palabras sonríen y menean la cabeza porque recuerdan de los años idos ya cuando la compañía de nuestro Señor y Salvador equivalía a ser tomado de la mano y llevado en sus brazos. El trato que nos da el Señor como Pastor no...
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