Mes: Septiembre 2015

PREPARADO PARA MORIR

Cada ser humano vive sabiendo que en cualquier momento podría ser alcanzado por la muerte. Nadie quiere partir de este mundo especialmente cuando está rodeado de familia y está disfrutando de cierta comodidad en el mundo moderno. Sin embargo, más allá de gustar los placeres de la vida, hay que pensar en nuestro destino eterno después de muerto. Somos criaturas de la eternidad. Lea lo que dijo Simeón.   “Ahora, Señor, despides a tu siervo en paz, Conforme a tu palabra; Porque han visto mis ojos tu salvación.” Lucas 2:29-30.   Las palabras del texto fueron dichas por un hombre llamado Simeón. Sus palabras sirven para enseñarnos qué es lo que una persona necesita para estar preparada para morir. Simeón vivía en Jerusalén. Lucas dijo que el hombre era “justo y piadoso”. Su vida era regulada por la ley de Dios y los prójimos le reconocían como hombre correcto en su forma de ser. Simeón era piadoso en cuanto a Dios. Su corazón estaba consagrado a los intereses divinos y ahí estuvo el secreto de su conducta justa delante de los hombres. (Lucas 2:25).   Simeón vivía esperanzado en ver la consolación de Israel. Muchos judíos se referían al Mesías prometido por este nombre creyendo que Dios traería consolación a ellos por medio de Él. El pueblo sufría por los sucesivos gobiernos extranjeros que les dominaban. Simeón vivía esperando...

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LA IMPORTANCIA DE CREER LA VERDAD

Jesús hizo una pregunta a sus discípulos. Es anotada en el texto de la meditación. Sería interesante hacer una encuesta a fin de saber cómo los lectores de esta meditación respondería a la pregunta hecha por el Señor Jesús. La respuesta es importante y crucial pues al no acertar correctamente quién es Jesús, podría conducir al individuo a perderse eternamente.   Jesús dijo: “¿Y vosotros, quién decís que soy?” Lucas 9:20.   El Señor Jesús tuvo interés en saber qué pensaba la gente acerca de quién era él. Los discípulos le respondieron dando una lista de cuatro personajes. Jesús siguió preguntando: “y vosotros, ¿quién decís que soy yo?” Mateo 16:15. Pedro tuvo la respuesta exacta, “Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente” v.16. Sobre esta gran verdad, cual roca inamovible, Jesús iba a edificar su Iglesia. Es por eso que nosotros predicamos a Cristo crucificado, sepultado, resucitado, ascendido y glorificado. Lo que uno cree es la fuerza motriz de su vida. Jesús mismo dijo: “Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí” Juan 5:39.   Creemos tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento contenidos en una sola Biblia. Es la Palabra inspirada por Dios. Usando alrededor de cuarenta escritores en diferentes épocas de la historia del mundo, Dios dejó una revelación...

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DAVID CONTRA GOLIAT

La historia bíblica de David y Goliat es más que un relato de un joven pastor que deja su trabajo en el campo para llevar un regalo de su padre a sus hermanos mayores que estaban en el campo de batalla. Nos hace pensar en otra batalla y la victoria de Aquel que salió Vencedor.   “Por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él (Jesús) también participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo” Hebreos 2:14.   Era tiempo de guerra entre los israelitas y los filisteos y cuando llegó David, escuchó el desafío del gigante Goliat cuando dijo: “dadme un hombre que pelee conmigo” (1 Samuel 17:10). Por cuarenta días, mañana y tarde, se había escuchado el grito del gigante y ningún israelita se había atrevido a responder. Ni aún Saúl el rey se había ofrecido. Saúl en estatura sobrepasaba a sus propios soldados de los hombros arriba. David cumplió su misión de entregar los quesos a sus hermanos y saber de su estado para poder informar a su padre. Antes de volver a casa, David se ofreció para pelear contra el gigante. Su hermano Eliab se encendió en ira contra David y se burló de él (v.28). Pero David insistió y bajó al valle para pelear sin ninguna protección como la...

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Un ejemplo tomado de las luces del automóvil

Las luces de un automóvil pueden irradiar con destellos que encandilen a otros y los hagan precipitar al abismo. La reflexión de su luz puede encandilarle a usted mismo y hacerle perecer. Su luz muy baja enfocada hacia abajo puede traerle un grave accidente. Miremos unos ejemplos de personajes bíblicos en este sentido.   Sabemos que, al conducir, si va sin luz puede ser ocasión de choque y escándalos para muchos. Si está accidentado o estacionado, ponga su luz en roja, señal de peligro. Su luz debe ser de tal manera que le traiga beneficio a usted y a los demás. No me propongo dar clases de señales de luces para el tráfico, sino lecciones espirituales de varios personajes bíblicos y cómo usaron sus luces. Absalón se presenta como luz alta; encandiló a otros que perecieron, y él mismo se estrelló en la propia columna de su soberbia (2 Samuel 18:18). Absalón se ganó mucho pueblo con su astucia y traición. Con sus engañosas promesas de justicia le siguieron, y se precipitaron en una guerra interna donde perecieron veinte mil hombres (2 Samuel 15:1-15; 18:1-9). En los días que vivimos aparecen muchos semejantes a Absalón, que con mucha bulla y aparato de altilocuencia mundana encandilan y “con suaves palabras y bendiciones engañan los corazones de lo simples”. Ahitofel con su consejo se presenta como el que se encandiló a sí mismo por...

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Seis tinajas en el Evangelio según Juan — Lázaro (02)

La historia de Lázaro de Betania es aplicable a todo individuo convertido, en cuanto representa en cada etapa descrita el proceso de la conversión, del paso de muerte a vida. Ante el sepulcro, Él manda: “Quitad la piedra”. La aplicación es a nosotros los creyentes, ya que, por nuestra manera de andar, somos propensos a ser piedra de tropiezo para los que no son salvos. Que sepamos quitar la piedra y andar sabiamente para los de afuera, de suerte que no seamos tropiezo, “ni a judíos, ni a gentiles, ni a la iglesia Dios” (1 Corintios 10:32). Ahora, la libertad de Lázaro es figura de dos verdades en Juan; a saber: (1) “Si os libertare, seréis verdaderamente libres” (8:36). (2) “Conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres” (8:32). Con la mancha de lágrimas humanas todavía sobre el rostro del Hijo del Hombre, se oye la voz del Hijo de Dios: “¡Lázaro, ven fuera!” Estaba vivo, pero, como primer paso en su libertad, hacía falta quitarle los lienzos que le ataban. Amarrado de cabeza, pies y manos, no podía caminar, oir al Señor, ni servirle. Vemos en esta primera etapa una ilustración del bautismo del nuevo creyente, la primera de las dos ordenanzas para los creyentes de esta dispensación. Es un símbolo de identificación con la muerte, sepultura y resurrección del Señor Jesucristo. Precede otros pasos en el desarrollo del creyente;...

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