Mes: Septiembre 2014

Quiero recobrar la vista (4)

Los ojos de Bartimeo no podían ver, pero cinco veces sus oídos le sirvieron. Oyó que Jesús iba pasando. Le llamó a tenerle misericordia, pero oyó cuando le dijeron que callase. Jesús se detuvo y oyó le gente decir: “Ten confianza; levántate, te llama”. El ciego oyó a Jesús preguntarle “¿Qué quieres que te haga?” Al responder que quería recobrar la vista, escuchó a Jesús decir. “Vete, tu fe te ha salvado”.     “Se acercaron a Felipe, que era de Betsaida de Galilea, y le rogaron, diciendo: Señor, quisiéramos ver a Jesús” Juan 12:21   Bartimeo estaba sentado al lado del camino cuando Jesús iba pasando, rumbo a Jerusalén. Era la última vez que Jesús pasaría por ahí pues pronto sería tomado por manos inicuas y crucificado en las afueras de Jerusalén. Bartimeo está ciego y pobre. Afortunadamente su oído está agudo. Escucha el ruido de una turba que viene acercándose y pregunta la razón por qué. Le informan que es Jesús de Nazaret que va pasando. Este comentario despertó un recuerdo en su mente, pues a pesar de vivir en Jericó, pobre y ciego, había sabido de los milagros y las enseñanzas de Jesús de Nazaret. Había concluido correctamente que era el Mesías largamente esperado por los israelitas. Bartimeo piensa en su propia condición y razona que si Jesús ha hecho milagros en la vida de otros,...

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Quiero recobrar la vista (2)

Ciertos cristianos han experimentado gran entusiasmo en servir a Dios después de convertirse. Sin embargo, sufren un deterioro en su afán por las cosas del Señor y se enfrían. Han sacado la vista de la meta. Lo expresado por Bartimeo puede ser su más caro deseo: “Quiero recobrar la vista”. Es posible.   “Vosotros, pues, también, estad preparados, porque a la hora que no penséis, el Hijo del Hombre vendrá” Lucas 12:40   Un joven se convirtió y apenas había comenzado a gozar de su nueva vida en Cristo cuando pidió ser bautizado. Los ancianos recomendaron que esperara un poco. Su reacción fue que su asistencia a las reuniones disminuyera hasta dejar de asistir. Sin que él se diera cuenta, el Señor le había dado una oportunidad para probar la realidad de su fe y falló. Años más tarde cuando comenzó a asistir otra vez, reconoció que su reacción fue carnal y le había privado de mucha bendición. Hay diferentes motivos porque uno se aleja del Señor. En el caso del joven, fue su inmadurez y carnalidad; en otros, es por un malentendido, o porque no fuera tomado en cuenta. Hay diversos motivos que producen un “bajón” en la vida espiritual de los creyentes.   La razón más grave de un alejamiento es cuando uno se embarca en una vida pecaminosa, ya sea por un vicio que destruye el...

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Quiero recobrar la vista (1)

Mientras los participantes en los juegos olímpicos se preparan para correr, lo más importante es llegar a la meta sin dejar que nada le distraiga de su objetivo. La vida cristiana no es una carrera corta, sino es como un maratón. Por cierto hay momentos de cansancio, pero en vez de dejar de correr, deben fijar su vista de nuevo en la meta.   “Pero de ninguna cosa hago caso, ni estimo preciosa mi vida para mí mismo, con tal que acabe mi carrera con gozo, y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios” Hechos 20:24   Una señora se quejaba de su vida y decía: “estoy bien aburrida”. Mencionó su marido, los niños, y entre otras cosas, “la plata no alcanza para nada”. Con paciencia su interlocutor le llevaba al plano espiritual y preguntó cómo estaba en su relación con el Señor. Confesó que estaba lejos de Él y reconoció su necesidad de volver. Es un fenómeno inexplicable pues algunos cristianos se deprimen y en vez de buscar al Señor, se alejan de Él. Dejan de leer la Biblia, y después ni se preocupan de orar. Muchas veces al conversar del problema, reconocen que la falla está en ellos mismos. Algunos invocan ciertos motivos que según creen, les hicieran alejarse del Señor. Los sinceros preguntan ¿Qué se puede...

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CRISTO SE DIO A SÍ MISMO

Una estudiante de la China estuvo presente en una predicación del evangelio en Canadá. Al final comentó a un anciano de la iglesia que había entendido porque Cristo había venido al mundo. Dijo: vino a morir. Vino a darse a sí mismo como un sacrificio.     “Gracia y paz sean a vosotros, de Dios el Padre y de nuestro Señor Jesucristo, el cual se dio a sí mismo por nuestros pecados para librarnos del presente siglo malo, conforme a la voluntad de nuestro Dios y Padre” Gálatas 1:3-4 Apenas comenzó su carta a los cristianos en Galacia cuando Pablo el apóstol hizo una referencia al Señor Jesucristo. No puede haber una entrega más grande que ésta; nuestro Señor Jesucristo “se dio a sí mismo por nuestros pecados”. En la celebración de los cumpleaños o aniversarios, compramos regalos que pueden costar caros, pero después de todo es un objeto que pasa de mano a mano y el año siguiente apenas se acuerda que es lo que fue. El evangelio promete vida eterna, el perdón, una viva esperanza de estar en el cielo, en fin, una serie de regalos que de otra manera no hay posibilidad de obtener. Y jamás se desvalorizan. En el texto de cabecera se destaca que el Hijo de Dios se dio a sí mismo. Aquella entrega significó ser nuestro sustituto en la cruz sufriendo por...

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La cruz de nuestro Señor Jesucristo (XV): el lugar al cual volver una y otra vez en la predicación

Siguiendo el ejemplo y la enseñanza de Jesús, los apóstoles interpretaron el significado, el sentido, y la aplicación de toda la Escritura a la luz de la persona y obra de Jesús. “No saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a éste crucificado” 1 Corintios 2:2 La predicación paulina fue un despliegue preeminente de este compromiso interpretativo. Cuando el apóstol Pablo señala: “Me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a éste crucificado” (1 Corintios 2:2) no está sugiriendo que la cruz de Cristo fue el único pensamiento que jamás entró en su mente, ni que en cada diálogo introducía el tema de la cruz sí o sí. Pablo estaba afirmando y destacando que el poder y la sabiduría de Dios desplegadas en la cruz y en la resurrección de Cristo sirvieron como el único marco de referencia apropiado para sus pensamientos. D.A Carson explica “Pablo no puede hablar mucho del gozo cristiano, o de la ética cristiana, o de la comunión cristiana, o de la doctrina cristiana de Dios, o de cualquier otra cosa sin, finalmente, atarla a la cruz. Pablo está centrado en el evangelio, era su compromiso predicar a Cristo crucificado, un hecho que era considerado una estupidez por los sofistas y aquellos en la iglesia de Corinto que estaban influenciados por ellos en apreciar, por sobre todo, la sofisticación...

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