JOSÉ Y SUS HERMANOS (10)

“Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.” Mateo 11:28.   Mientras los hermanos de José llegan a pararse frente a José, la situación les parecía muy grave y piensan que pagarán caro por lo que ha pasado. Están frente al que antes fuera amable cuando los invitó a cenar. Ahora se hallan afligidos. El momento ha llegado para la gran revelación, y ha de ser un momento de gran intimidad. José no quiere hacer una obra teatral ante un auditorio cuando les concede el perdón. Por eso, José manda a todos sus siervos a salir quedando él sólo con sus hermanos. El asunto de confiar en Cristo para la salvación del alma y recibir el perdón es un asunto personal entre el pecador y Dios. Así lo hizo José con sus hermanos.   Me habría gustado estar presente en el momento cuando se produjo la gran revelación. Las palabras “YO SOY JOSÉ,” dichas con sencillez, produjeron una mezcla de alegría y terror, de alivio y ansiedad, de satisfacción y sobresalto. No dice, “Yo soy el segundo después de Faraón”. Antes bien, José se dirige a sus hermanos y les invita “ACERCAOS AHORA A MÍ. Y ellos se acercaron. Y él dijo: YO SOY JOSÉ vuestro hermano, el que vendisteis para Egipto” Génesis 45:4. ¡Sorpresa mayúscula! Inmediatamente habló palabras consoladoras: “no os...

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