LAS TRISTES CONSECUENCIAS DE NO INSTRUIR A LOS HIJOS

Los niños son un regalo de parte de Dios. Pero con el regalo viene una responsabilidad de criarlos para servir a Dios y obedecer sus mandamientos. Después de su vida ilustre entre el pueblo de Israel, Samuel sufrió por causa de sus hijos.   “Hijo mío, no te olvides de mi ley, Y tu corazón guarde mis mandamientos” Proverbios 3:1   Samuel había servido al pueblo de Israel como juez por muchos años. El Señor había bendecido a los israelitas en la tierra. La forma de gobernar al pueblo era a través de los sacerdotes que también servían como jueces. Samuel era fiel y juzgó “a Israel todo el tiempo que vivió” 1 Samuel 7:15. Todos los años iba y daba vuelta a “Bet–el, a Gilgal y a Mizpa, y juzgaba a Israel en todos estos lugares” v.16. Samuel siempre tomaba a Dios en cuenta pues cuando volvía a Ramá, donde estaba su casa, “allí juzgaba a Israel; y edificó allí un altar a Jehová” v.17. Es una gran bendición cuando los líderes del pueblo toman conciencia de Dios y le sirven. Sin embargo, como es de esperar Samuel envejeció y el sistema sacerdotal permitía que los hijos sucedieran a sus padres. Por eso, Samuel “puso a sus hijos por jueces sobre Israel” 1 Samuel 8:1.   Esto creó un problema pues los hijos de Samuel no eran iguales...

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